¿Puede una simple pedigüeña de un semáforo innovar?

Pedigüeña haciendo juegos malabares con fuego en plena calle

Hace una semana estuve en A Coruña y de camino al restaurante en el que cené, me impactó encontrarme con esta estampa: una chica parada en medio de un paso de peatones haciendo juegos malabares con fuego. La muchacha estaba pidiendo en un semáforo, pero como podéis ver, no pedía de una forma cualquiera, estaba montando un verdadero espectáculo de juegos malabares con tres antorchas ardiendo que, con la poca iluminación que había en la calle y la oscuridad de la noche, llamaban aún más la atención.

El espectáculo, porque creo que no puede llamarse de otra forma, lo tenía perfectamente calculado y cronometrado al segundo, ya que lo terminaba justo antes de que el semáforo -que dicho sea de paso duraba bastante- se pusiera en verde.

Ni que decir tiene que la proporción de conductores (su público objetivo) que le daba una propina al finalizar su actuación, era considerablemente más alta que la que puede conseguir cualquier otro pedigüeño en un semáforo, incluso de mayor tránsito, y con la cantidad de kilómetros y ciudades que he visitado, puedo afirmar que me he cruzado (lamentablemente ) con bastantes.

Esta chica además de saber bien lo que hacía, rebosaba alegría y buen humor, lo que cautivaba aún más a los conductores que estaban esperando a que ese interminable semáforo se pusiera en verde, para poder continuar con su camino a casa después de un duro día de trabajo.

Pedigüeña finalizando su espectáculo de fuego en un semáforo de A Coruña

Toda una muestra de cómo el ingenio y la innovación pueden aplicarse a cualquier ámbito o faceta de nuestra vida. Siempre podemos preguntarnos ¿puedo hacer esto mejor? ¿lo puedo hacer de otra forma? ¿Puedo sorprender con algo nuevo, fresco o símplemente distinto?

Si esta humilde pedigüeña lo ha conseguido ¿por qué no lo vas a conseguir tú?